Os voy a presentar a una persona: me llamo Sara.

 Soy sensible, muy trabajadora, amable y cariñosa. Tengo 12 años, también soy simpática, aunque tímida con las personas que no tengo confianza; pero con los conocidos soy extrovertida.

       No soy ni muy alta, ni muy baja, pero su tuviera que elegir, me describiría como baja. En mi cara color café, expresiva y tranquila , cae una cascada de pelo marrón y liso. Debajo, una frente inteligente cuando quiere. Entre mi pelo y mi nariz recta como un pincho de una rosa, observan mis dos ojos marrones y grandes. Y más abajo, en mi enorme boca fresca y firme, se esconden unos dientes alineados y blancos.  Poseo un largo y delgado adornado con un enorme pañuelo blanco. Tengo dos rosas por mejillas que se ponen coloradas cuando tengo vergüenza. A cada lado de mi cabeza están mis orejas grandes como dos medias naranjas dispuestas a escuchar a todo el mundo. Mis manos, cálidas y delicadas, abrazan y acogen con amor. Y mis piernas caminan rectas y firmes. Soy deportista, nerviosa y sana, también discreta pero elegante.

          Tengo muchas aficiones; me encanta jugar a pádel con mis amigas, pasar el rato con mi familia, bailar, andar en bici, ir de compras. También me gusta nadar, sobre todo en el mar, aunque me dan un poco de miedo los tiburones, no me gustan nada los purés y tampoco me gusta que la gente trate mal a los demás.

        Esta soy yo, todas las palabras me describen muy bien. Yo soy así con mis defectos y mis virtudes. A mucha gente le gusta como soy; pero, como siempre me dicen mis padres, no se puede caer bien a todo el mundo.